Quien por mi voz se adentre
al Otro Lado
encontrará una corriente
de palabras y esperanzas,
de bondades y desgracias,
de belleza imperturbable,
mensajera de la magia,
confesora de la Muerte,
una corriente
cuyo curso desciende al primer vientre,
cuyo destino asciende el monte Gloria,
cuya simiente es un anhelo de amor puro,
cuyo canto es oscuro,
cuyas aguas arrastran hojas ardientes
de un manzano prohibido,
de una zarza parlante,
de un roble dormido
en el seno de un bosque sapiente,
rey de reyes,
santo entre santos,
alimento y fruto de la eternidad,
Voluntad encarnada en una plétora de formas,
recuerdo de un instante anterior a este
donde los tiempos descansan a la sombra
y la Vida aguarda
a ser pronunciada
por lo Inaparente.
